jueves, 17 de diciembre de 2020

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miércoles, 9 de septiembre de 2020

Exposición individual en ESPACIO 36 Galería de Arte - Angel Almeida, Zamora.

En el mes de septiembre de 2020, tras un primer aplazamiento por la crisis sanitaria, finalmente se inaugura en Zamora, la exposición ndividual de Salvador Montó, titulada: "El color del paisaje". Del 1 al 17 de septiembre de 2020, en la galería Espacio 36 - Angel Almeida.

martes, 17 de julio de 2018

Exposición en MONCOFA (Castellón)

El próximo 20 de julio de 2018 y hasta el 5 de agosto, Salvador Monto expondrá en la Sala Municipal del Ayuntamiento de Moncofa (Plaza Picasso), Playa de Moncofa.








sábado, 8 de julio de 2017

Catarsis, la ilusion de la permanencia.


Exposición individual de Salvador Montó

Julio 2017. Sala Municipal Antiguo Mercado, Requena. Valencia.



“Catarsis / la ilusión de la permanencia” nos habla de todas esas situaciones, de todos esos momentos, en los que se percibe una falsa continuidad justo antes de que todo cambie, ya sean cambios sutiles pero importantes o dramáticas transformaciones. El mundo es cambio contínuo y la vida diaria por el contrario nos hace contemplarlo obviando este hecho, cuando es una de las pocas cosas incontestables.

Imágenes estéticamente atractivas que te atrapan en una primera visión pero que resulten inquietantes en un segundo plano, incluso perturbadoras. El observador las hace suyas cuando reflexiona sobre lo que se le propone, en una lectura propia, supeditada a los miedos particulares de cada uno.

 Ya sean las relaciones sociales, relaciones personales, la economía, el entorno físico, la realidad psicológica, la carrera profesional, o tantas otras cosas, todo lo que se apreciaba como una realidad apacible, una sucesión de acontecimientos positivos, llegado un momento, puede transformarse en algo completamente distinto. Es una realidad alternativa latente, un mundo cambiante bajo una capa de normalidad.








"Un espacio para la vida debe ser un santuario. Tiene que ser un lugar donde puedas reflexionar sobre tu vida".
Tadao Ando

Fue precisamente en la sala municipal de la ciudad de Requena, hace casi treinta años, donde Salvador Montó se dio a conocer como artista. Desde entonces ha realizado numerosas exposiciones y ha merecido distintos premios. Ha participando en los más acreditados certámenes de pintura, tanto nacionales como internacionales, obteniendo el Primer Premio en seis de ellos y numerosas Menciones de Honor, incluyendo entre otros, la “Medalla de Plata" del Certamen Nacional de Pintura de Salamanca o la Medalla de Honor del prestigioso concurso de pintura BMW, en los años, 1993, 1996, 2000 y 2002. También ha expuesto junto a artistas de la talla de Rafael Canogar y Luis Feito y con algunos artistas de la llamada Escuela de Madrid, entre ellos Redondela , Álvaro Delgado y Barjola, y creadores como Agustín Úbeda, Farreras, Juan Alcalde y Miguel Condé.
Igual que un arqueólogo se adentra físicamente en la tierra, Montó busca en estos lugares de alta densidad poblacional encontrar la más bella aglomeración constructiva. El título de la exposición dedicada a su obra -Córdoba 2011- “Paisaje de la mirada“, resume muy bien la trayectoria del artista hasta este momento, acercándonos siempre a una realidad tangible, basada en viajes y recuerdos. A pesar de haberse centrado en diferentes temas a lo largo de su dilatada vida artística fundamentalmente ha trabajado como paisajista urbano. Vistas recreadas en ciudades tan importantes como Nueva York, Berlín, Roma o Venecia. Madurar la idea de paisaje no es sencillo, como bien ha expresado el creador manchego Antonio López.
Montó ha pintado durante años arquitecturas urbanas con las que ha recorrido el mundo, exponiendo en Londres, Estrasburgo, Buenos Aires, Berlín, Roma, Milán, Gante, Innsbruck, Cracovia, Verona, Parma, Bruselas y Siegen. Desde la riqueza formal y estética que le ha proporcionado la percepción de poblaciones tan importantes y conocer el modo de vida de sus gentes, expresa ahora sus profundas inquietudes y reflexiona acerca del ser humano.
Sus lienzos - años noventa - lo convierten en un cronista gráfico de la Ciudad de Nueva York, urbe en la que parece haberse detenido el tiempo, como si despreciara la prisa. Hay una peculiaridad que llama la atención en los paisajes del artista y que observamos también en otros muchos creadores, como es el caso del neo impresionista francés Georges Seurat y los trabajos del hiperrealista Richard Estes; da la impresión de que el tiempo no pasa, no juzga, no califica, no transcurre, sólo se detiene ante la belleza de una tarde luminosa o un claro amanecer.

Interesado el artista valenciano en el color y a partir de una concepción clásica de la pintura y de la composición, nos regaló bellos lienzos que demuestran la seriedad con la que siempre ha afrontado su trabajo, allí en donde espectador y artista confluyen. Con depurada técnica pudo pintar -antes que se convirtiera en una moda- ciudades deshabitadas. Destacan los puntos de visita altos, esa especie de plano picado que tanto vemos utilizar en el cine; instantáneas que miran hacia abajo, tomadas como en ángulo desde la parte más alta del Rockefeller Center, Empire State Building o las desaparecidas torres gemelas, el World Trade Center, el más alto rascacielos del hemisferio occidental hasta el momento de la barbarie terrorista.

El cine es, para Montó, la manifestación artística más importante de nuestro tiempo. De ahí su exposición “Memorias de cine” (Córdoba, 2015) dedicada a este género. Las telas representan momentos vividos, que nos recuerdan las secuencias de algunas películas de directores como Blake Edwars, Sergio Leone o Paolo Sorrentino, donde el hombre (aún ausente) es el gran protagonista siempre.
Así, evocando escenas cinematrográficas, desde la ciudad de los rascacielos inicia un nuevo camino pictórico. Ante la pretensión de que su pintura vaya más allá de la materialidad, su estilo ha ido evolucionado. Metafóricamente hablando, los lienzos que conforman la muestra requenense, representan artísticamente un importante salto al vacío.


Abre esta exposición la obra “Mundo indiferente”, basada en una de las imágenes icónicas de principios del siglo XXI, historia viva de nuestro tiempo. El hombre cayendo desde las Torres del World Trade Center en la tragedia del 11 de septiembre de 2001. Nunca se llegó a conocer su nombre, paradojas de la vida…

La ciudad fastuosa, espléndida, pero impersonal y fría, es ajena a la historia individual de cada una de aquellas victimas que se lanzan al suicido ante la desesperación. Montó exterioriza a través de sus pinceles la personal visión del mundo actual, los sentimientos de soledad, desesperación y melancolía que protagonizan hoy la vida del ser humano. Y es que, como él mismo se manifiesta: “La pintura que me interesa, es aquella que no se detiene en la imitación de la realidad…para mí, la pintura son imágenes y emociones. Emociones que se suscitan desde las imágenes”.





Es cierto: sus telas van más allá de la simple representación de la realidad, trabajo artístico cargado de emocionalidad, donde los sentimientos de soledad y autodestrucción se dan la mano. El artista provoca en el espectador cierta reflexión ante el suicidio de un ser humano. Lo que le interesa es la indiferencia del mundo ante el drama individual. La palabra pintada “UP” junto al símbolo de una flecha, reincide en el sentido de revisión personal, de retroceder ante el acto dramático de esa muerta adelantada. De ahí el título de la exposición: Catarsis.
Esta es una palabra muy explotada en psicología; define el proceso de liberación de las emociones negativas para renacer. El vocablo se hizo popular en el ámbito psicoterapéutico gracias al psicoanálisis de  Freud.

Angustia vital que se percibe también en los retratos de parejas, incomunicadas, como ausentes, rotas y angustiadas. Vivimos en un mundo roto por la desesperación, un espacio cruel que abandona a las personas ante el dolor. La pareja cuando ya cada uno va por su lado.







            Con aspecto de tríptico, “Elogio de la indiferencia” está compuesto por tres imágenes aparentemente sin conexión. Por una parte, se insiste en la imagen del hombre que cae o se lanza desde el rascacielos, metáfora del fracaso personal según nos cuenta el artista. En segundo lugar, la grisácea ciudad y la última escena, una mujer de aspecto felino  permanece indiferente ante la dramática escena.








       
           Su pintura es un modo de psicoanalizar al ser humano, planteándonos que debemos ser capaces de valorar las cosas de un modo diverso. Ha llegado el momento de reflexionar sobre la vida. Así plasma la indiferencia ante el sufrimiento o los éxitos personales en la obra “El salto perfecto”, donde se reconoce a una muchedumbre anónima y seriada, espectadores/jurados, ante el salto mortal de un acróbata, mientras miran indiferentes el suelo, justo en el momento triunfal e irrepetible del atleta.

 Bien sería que se pudiera alcanzar esa autorreflexión desde nuestra condición de seres pensantes que pretende el artista; por eso sus lienzos adoptan un personal tono, aún cuando la temática aparentemente cambia. Esto es lo que ocurre con los últimos cuadros donde, de repente a través de casas famosas, con lo que parece un pequeño homenaje a la arquitectura moderna, nos mueve a la reflexión

           En un primer golpe de vista esas viviendas de rectas arquitecturas -que recuerdan las piscinas californianas de Hockney- buscan expresar otras preocupaciones diferentes. Aquellas viviendas estaban habitadas y sus bañistas vivían felices. Las arquitecturas domésticas de Montó de interiores modernos, en aparente y extremo orden, espacios perfectos, casas deshabitadas, donde sólo el reflejo de un televisor parece dar algo de vida. La soledad y la incomunicación realmente instaladas. Escoge varias obras maestras de la arquitectura moderna, entre ellas la Casa Lowell, levantada en los Ángeles en 1927. Gracias a sus dueños y a la audacia del arquitecto Richard Neutra está considerada como una obra maestra de la arquitectura así como también la Casa Farnsworth, de Mies van der Rohe, levantada 25 años más tarde. Todas de simples estructuras metálicas y cerradas por luminosos pabellones lineales cerrados con vidrio hablan, una vez más, sobre la soledad del hombre contemporáneo. Acaba el breve recorrido por la Historia de la Arquitectura Moderna con un importantísimo arquitecto japonés, Tadao Ando.


           Tremendamente evocadoras son las telas abstractas mostradas en esta exposición. Manchas acuosas de un acusado contenido simbólico. Son el mejor modo de expresar la conciencia, la lucha interior del ser humano dominado por su tiempo, esas aguas revueltas que se llevan por delante edificios, naturaleza y confort. Momento catártico que como las aguas del mar arrastran, destruyen y limpian todo, hasta el alma.











Me evoca Montó al caminante de la obra más conocida del alemán Caspar David Friedrich, el ”Caminante sobre el mar de nubes” de principios del XIX; un hombre de espaldas que se encuentra a la orilla de un risco en una postura desafiante ante la fuerza de la naturaleza, de esa bruma, de esas nubes rotas por los riscos.



Felisa Martínez Andrés
Doctor en Historia del Arte 

viernes, 3 de febrero de 2017

"Lógicas territoriales" en Galería Carmen del Campo, Córdoba.

Salvador Montó participa en la exposición  "Lógicas territoriales" que se inaugura el 3 de febrero de 2017, junto con los artistas Juan Luque y Desiderio Delgado, en la Galería de Arte Carmen del Campo, Córdoba.

En la imagen, NYC 70 x 100 cm, acrílico sobre tabla.



miércoles, 16 de diciembre de 2015

Memorias de cine



"Memorias de cine" es el título de la exposición que durante diciembre de 2015 y enero de 2016 se celebra de manera simultánea en la Galería Carmen del Campo de Córdoba y en la Galería Haurie de Sevilla.



NOTA DE PRENSA



Salvador Montó vuelve a traer sus últimos trabajos a Andalucía, con una exposición titulada "Memorias de cine", que se exhibirá de manera simultánea en dos salas; la Galería Carmen del Campo de Córdoba y la Galería Haurie de Sevilla.

En esta muestra, el pintor, presenta una serie de obras, de explícita influencia cinematográfica. Aunque anteriormente esta influencia era patente en muchos de sus cuadros, ahora se muestra abiertamente, indicando que obra cinematográfica es el desencadenante creativo de cada obra pictórica. Establece así, un diálogo con el espectador, con el observador, muchas veces cómplice, pues se trata de obras presentes en nuestro imaginario colectivo y escenas fuertemente icónicas pero en otras ocasiones, cuando Montó se basa en un fotograma para desarrollar esa imagen, recreandola o empleandola de manera más simbólica, o simplemente pintando el escenario urbano que en su momento fue la localización en el rodaje, resulta muy atractivo para quien lo contempla ya que puede establecer y descubrir esa relación.

Confiesa Montó que no todas las películas que ha empleado como inspiración, son de la misma importancia cinematográfica, pues su criterio ha sido básicamente basarse en aquella escena o fotográma que despierta su creatividad, ya sea plásticamente o emocionalmente, muchas veces de manera conjunta, y esto puede deberse a ese momento especial que a veces encontramos incluso en películas intrascendentes. Ese chispazo que nos despierta los recuerdos, la experiencia previa en aquel lugar, o el anhelo de un próximo viaje.

Es pues una conjunción entre la mirada del viajero y el cine como motor de las emociones. Aunque en el origen del proyecto, se planteo trabajar un único formato que recreara la pantalla de cine, lo tuvo que descartar por ser esto una limitación respecto al espacio expositivo. Ha trabajado con dos premisas, ceñirse al espacio cinematográfico urbano y a la época contemporánea. Aún así, indica que la selección es absolutamente parcial e incompleta por la magnitud del material del que partía. 


Esta exposición nos permite recrear la ciudad como escenario, como plató, y viajar a las calles de Nueva York, Paris, Roma, Venecia o San Francisco entre otras. 










1-) Rascacielos, calles y edificios históricos juegan un papel clave a lo largo de tu obra ¿A qué crees que se debe esta obsesión por lo arquitectónico y lo urbano? ¿Qué papel crees que juega el ser humano entre todo esto?
Mi interés por el paisaje urbano o la arquitectura en general, es resultado de una evolución a lo largo de los años. Al principio de mi carrera, realizo una pintura abiertamente simbolista, incluso metafísica, donde los paisajes a cualquier escala eran invenciones, estaban construidos por mi, como un elemento pictórico más, en función del tema que quería pintar y las necesidades compositivas. Al cabo de unos años, de manera natural, mi interés evoluciona y se centra en el paisaje real y en concreto en aquel que refleja la huella o el impacto del hombre. Así, al tomar referentes reales, me di cuenta que partir del trabajo previo de los arquitectos, de los urbanistas o simplemente del desarrollo azaroso de la ciudad, era mucho más enriquecedor. Al escoger un tema urbano, real, para pintarlo, estaba reflexionando sobre el trabajo previo de otros, sobre como la arquitectura y el urbanismo organizan el espacio, sobre la estética de los elementos y su interacción entre sí, sobre el tiempo y su impacto, sobre la presencia o ausencia del hombre en su entorno, sobre la memoria colectiva y los iconos culturales… matizado siempre por mi punto de vista, jugando con lo que destacas, con lo que descartas, con el como lo muestras… entrando así de lleno ya en el bagaje propio, tanto en cuestiones puramente plásticas, como  en mi propio mundo de experiencias, de recuerdos, de emociones. 
El hombre es el gran protagonista en definitiva. Durante años, conscientemente, elimine su presencia en mis cuadros, para dotar a estos de mayor carga dramática. Luego, paulatinamente, su presencia se hizo habitual, tanto pintando figuras en la ciudad, como también pintando elementos como los vehículos. 


2-) Aterrizando un poco más en esta nueva serie de obras. Ciudades de Cine habla de recuerdos y experiencias vividas ¿Por qué eliges esta serie de obras cinematográficas para trabajar y no otras?
Confieso que una de las cosas que más me gusta es el cine y su influencia en mi pintura es innegable en muchos cuadros. Creo que el cine es la manifestación artística más importante de nuestro tiempo y posiblemente la más completa, pues es imagen, es música, es literatura, es verdad y es fábula, todo a un tiempo y con unas posibilidades creativas inmensas. En esta exposición, he trabajado con la premisa de enseñar mis influencias abiertamente, aunque no siempre de manera obvia. Intentando establecer un dialogo con el observador. A veces la escena es tan potente que simplemente me permito recrearla, otras escenas las reinterpreto, otras veces utilizo elementos simbólicos para hablar de la película y otras reflejo el escenario urbano donde se desarrollo la acción.  Algunas de las películas escogidas me parecen realmente interesantes, otras no lo son, pero en su momento me han transmitido algo, puede que solo sea una escena, o a veces solamente un encuadre concreto, pero que ha despertado en mi, ese interés por trabajar sobre el y ese es el motivo de que estén aquí. Puede ser a nivel plástico, pero la mayoría de las veces, es a nivel emocional. Es una escena que me ha removido por dentro, que me despierta recuerdos. Es una selección absolutamente parcial e incompleta, por motivos de espacio y tiempo, pero no obstante es una selección muy pensada. Quedan muchas otras pendientes desde luego. Los únicos limites que me marqué fue, que se desarrollasen en entornos urbanos y que fueran relativamente contemporáneas, pero creo que ampliar sin ellos el tema, lo hubiera hecho inabarcable.


3-) Es importante señalar que esta exposición se está llevando a cabo en dos espacios expositivos, la Galería Carmen del Campo (Córdoba) y la Galería Haurie (Sevilla) ¿Cómo afrontas este proyecto dual? ¿Qué ventajas e inconvenientes se presentan de cara a la planificación? 
Al principio de abordar este proyecto, pensé en trabajar sobre un formato único, que simbolizara la pantalla de cine, pero lo tuve que descartar porque hubiera reducido la cantidad de cuadros enormemente, al disponer de un espacio expositivo limitado. Es por esto que los formatos son libres. Se me presento no obstante la oportunidad de realizar esta exposición de manera simultánea en dos ciudades andaluzas, tan importantes como Córdoba y Sevilla, y eso me permitió ampliar la cantidad de obra, incluso recuperar alguna obra reciente que, aunque en su momento no se indicaba esa circunstancia, realmente ya formaba parte de este proyecto.  
A falta de algunos ajustes, ambas exposiciones comienzan en la misma fecha y clausurarán también en enero. No ha sido fácil escoger que obras iban a cada galería para que ambas en conjunto y cada una de ellas por separado, estuvieran equilibradas, pero creo que lo hemos conseguido. Espero que en ambas, resulten interesantes para el observador. En algunas obras con sus referencias más obvias, posiblemente pueda disfrutar de esas imágenes que ya forman parte de la iconografía colectiva, en otras espero despertar su interés al descubrir como una película me hace llegar a un cuadro determinado.




martes, 10 de marzo de 2015

Massimiliano Tonelli sobre Salvador Montó

 CUANDO LA LUZ INTERPRETA ARMONIA Y SENTIR

 “... Quizás haya mirado y no haya visto.
       Quizás intenté ver sin mirar:
       en el cuadro en blanco.
       Quién sabe si en la paleta sin máculas
       -el cuadro en blanco pero no vacío-
       Y veo lo que quiero ver.  Veo, pero no percibo sino a prisa me abandono, y me dejo atrapar:...
       Veo lo que el ingenio, en pie,
       no logra detectar.
        Y desde la espalda de Universo ahora se citan al verso los colores y,
       en un frenético baile....empieza el sublime arte de la pintura
       No por retenerla sino para olvidarla/ No por descifrarla sino para dibujarla/ No por recordarla sino para crearla...
       Solo así cobró vida lo que debía brotar: ¡Colores, Vida/  Amor y Alma Inmortal.
       Bien pudiera ser, que no obstante, que el blanco sobre blanco: 
       Qué, un cuadro antes de ser pintarlo, ya lo estaba....Y lo que luego aparece es la esencia del Sublime....
       Y  recobrando no solo la vista sino el conocimiento -previo de la abeja- ante mi contemplé:
       La pintura para la pintura!  En definitiva la Vida....”    

                             
                                         Os propongo un maravilloso viaje a través de la luz  (que sería del arte si no existiera la luz todo sería bajo el dominio de las horribles tinieblas), un viaje que nos llevará a conocer tres ciudades: Roma (la ciudad eterna); New York (la gran manzana de la free live) y Bilbao (el proyecto de Ría 2000 ); todo esto se ha producido en una Galería de Arte (en Bay-Sala), si fue un martes 3 de marzo a las 19,30, un día de perros (solo para recordarlo, pero la lluvia no impidió mi viaje) cuando visitando la nueva exposición de Salvador Montó, quise experimentar lo que el gran escritor  Lawrence Durrell dijo un día a su amiga:...no te engañes, no digas/ que era un sueño, que tus oídos te confunden/ quedan las súplicas y las lamentaciones para los cobardes/ deja volar las vanas esperanzas,/ y como un hombre desde hace tiempo preparado/ deliberadamente, con un orgullo y una resignación/ dignos de ti y de la ciudad,/ asómate a la ventana abierta/ para beber, más allá del desengaño… y me encontré en Roma, delante de una pared de un rojo ladrillo, medio desconchada, y aparcado estaba un coche, sino más bien -el coche- ¡el Cinquecento! (si para España la 600 fue un hito, para Italia el cinqueceto Fiat fue un icono, una forma de sentir el motor una manera de ser libre, pequeño, fácil de mover y con la posibilidad de poder jugar con las marchas y su  primera, todo un arte); y allí estaba contemplando ese coche de color rojo: ¡El 500!...Me gusta escoger este cuadro para empezar nuestro viaje, no por su tamaño (pequeño) sino porque me recuerda a muchos tantos cuadros anteriores sobre todo a dos: “Soldados a caballos” (más conocido como “De Guardía” una gran pared blanca soleada y cegadora, y dos solados alejados de los otros, mirando alrededor, es del gran pintor impresionista italiano (macchiaioli)* Giovanni Fattori) y el segundo cuadro, es del pintor estadounidense realista Edward Hopper “Gasolina” (donde en la tristeza y soledad más absoluta está un empleado  en su gasolinera, solo, ningún coche pasa, el bosque aterrador y la modernidad que a dura pena se abre camino en cierto páramos oscuros de nuestro planeta), también aquí, sabemos que es Roma, porque  Montó así lo ha titulado pero no sabemos si estamos en Via Margutta, en Via  Caiazzo o en que zona, Campo de Fiori, o bien podría ser  la plaza de las cuatro fuentes; no importa tanto saber a donde estamos, si sabemos que es Roma, si sabemos que se ve un cinquecento aparcado, y en la calle no hay nadie, pero es Italia, y Roma como muchas ciudades de Italia (Nápoles, Venecia y Florencia) hay que perderse y descubriremos que lejos de la masa de los turistas (esos idiotizados y sedientos de idiotez) existe otra ciudad, otra realidad, otra estampa, otra película (y efectivamente viendo este cuadro pienso en la Roma de Antognoni y sobre todo pienso en una película “Accattone” de Pasolini), pienso en Caravaggio y pienso que aquí me encuentro caminando en esta Roma popular donde...a li mortacci tua, er munno mania e er venticee se en frega, e more a u Tevere....* escribía la gran pluma de Beppe Salvia, cuantos recuerdos, estoy parado, comiendo un helado, después de un paseo en la Fossa Tarbea del Capitolino, camino por callejuelas, por estos serpientes solitarios de ropa extendida al sol vespertino a olor de Primavera. En este cuadro Montó a sometido al visitador a una provocadora pregunta:...¿Conoces Roma?...Sube a mi coche y como loco, cantando:...Titarella di luna, Sapore di sale, il Celo in una Stanza, La macchina, llegaremos a las colinas di Marino e contemplando Roma desde lo alto quién sabe, si como Nanni Moretti conduciendo este -cinquecento- podamos escribir “nuestro querido Diario”. Y desnudando, y acariciando, amando y odiando a esta ciudad eternamente bella, nos sentiremos menos estúpidos y un poco más poetas, y en la calle Pastini, sentados comiendo ...unas fetuccine a la matricaina* , escuchando una canción esta canción:..Io un giorno cresceró e nel cielo della vita voleró. Ma un bimbo che en sa. Sempre azzurra non puó essere l'etá. Poi una notte di settembre mi svegliai, el viento sobre mi piel, sobre mi cuerpo il chiarore delle stelle. Chissá dov'era casa mía, e quel bambino che giocava in un cortile. Io. Vagabondo che non sono Io. Vagabondo che non sono altro. Soldi in tasca non en ho ma lassú mi é rimasto Dio...(Yo un día creceré y en el cielo de la vida volaré. Pero un niño que sabe de estas cosa. No siempre es así serena la edad. Luego, una noche de septiembre desperté, el viento sobre mi piel, sobre mi cuerpo el resplandor de las estrellas. ¿Quién sabe donde estará ahora mi casa? Y aquél niño que jugaba en el patio. Yo. Vagabundo que no soy que eso. Yo. Vagabundo que solo soy que otra cosa. Dinero en mis bolsillo no tengo, pero allá arriba me ha quedado Dios.) una tímida lágrima baja surcando como un arado entre las arrugas de la vida, y miles pensamientos vuelan al instante más veloces de un volar de mariposas, salgo de la trattoria y continuo mi paseo, ahora  y caminando me encuentro en Campo de Fiori, en esta plaza vivía a'nnaree (Nannarella) alias Anna Magnani, cuantos recuerdos en esta plaza donde siempre hay gente, mercado, griterío, veces, donde se vive el alma de Roma, en 1600 quemaron al fraile hereje Giordano Bruno, por escribir “De la causa principio et uno” y “La cena de las Cenizas”; aquí me enamoré de Alejandra (Alessandra) dos estudiantes de Líceo, y justo aquí en esta otra plaza (Piazza Farnese), nos dimos nuestro primer beso. Montó aquí  crea otro gran cuadro con esa luz dorada que solo Roma posee, ya Horacio y el gran Catullo lo cantan:...las aguas que bañan la fértil Tibur, y las tupidas cabelleras de los bosques lo harán célebre en el canto Eolio. El pueblo de Roma, la primera de las ciudades, juzga digno situarme entre los coros amable de poeta..., Pobre Catulo, que dejes de hacer lo indebido, y lo que ves pasado perdido lo digas. Fulgieron un día cándidos para ti los soles. Cuando acudías adonde tu niña decía. Amada para nos cuanto amada será ninguna. Allí, cuando aquellas muchas cosas divertidas se hacían, que tú quieras, y tú chica que querer no dejaba. Fulgieron verdaderamente cándido para ti los soles...¡Oh Roma!....; y efectivamente la luz dorada corta casi a la mitad el cuadro en sombra experta que predomina y me quedo embelesado “Cinema Farnese”, cuantas películas habrán pasado por esta sala tan amada por Pasolini, Blasetti, Visconti e Rosselinii. Y comiendo mi cucurucho  de oblea. Sigo caminando gozando del día, y de este aire tan desdichado y desvergonzado que me abofetea la cara. Y paseando por la Vía dei Cerchi contemplo el poderoso esplendor de un antaño Imperio, de lejos la Basílica de Massencio, los mercados de Trajano, y la jactanciosa mole del Coliseo me empuja hacia la gloría. Y recorriendo la Vía Celio esa calle que corta una de las siete colinas de Roma (Monte Celio),  también en este cuadro la luz es la verdadera protagonista no solo irradia esa atmósfera que solo en Roma se encuentra, sino modela, empasta como esos tres cipreses enmarcando el edificio rojo del fondo con la oscura sombra de parque Celio, y esa carretera solitaria sin nadie, donde se delata de donde sale la luz, que desde los árboles se hace camino para romper con toda su fuerza, y iluminar la gloria, el poder y el vestigio de una historia que fue y aún se resiste en marcharse en silencio, Dios mío cuanta nostalgia desprende este cuadro y cuanto amor perdura en esas pinceladas y en esa -armonía- de transparencia sutiles que lo transforman en una maravillosa obra maestra. Dando la última mirada a la gran mole arquitectónica de Coliseo, que siempre impone sus reglas; proseguí con mi promenade por las -calles romanas-, pero al pasear me encuentro otra vez delante a una furgoneta blanca no quiero ni saber a donde me ha llevado la suerte, si se que estoy en Roma y como Antonio (magistralmente interpretado por Mastroianni vago por los calles de una Roma que se está preparando por uno de sus maravillosos atardeceres, mientras una radio aparcada en una de las despreocupadas ventanas canta:...Quanto sei bella Roma quann'è sera, quando la luna se specchia dentro er fontanone. E le coppiette se ne vanno via, quanto sei bella Roma quando piove. Quanto sei bella Roma quann'é er tramonto, quando l'arancia rosseggia ancora sui sette colli. E le finestre so' tanti occhi che sembrano dí: quanto sei bella! Ah, quanto sei bella. Oggi me sembra che er tempo se sia fermato quí....;* (Que guapa eres Roma cuando se hace tarde, cuando la luna se mira dentro de tu fuente. Y las parejas se marchan, que guapa eres Roma cuando llueve. Como eres guapa Roma cuando cae el atardecer, cuando el naranjo se vuelve rojo todavía en esas siete colinas. Y las ventanas son tantos ojos que parecen decir: !que guapa eres! Ah, como eres bella. Hoy me parece que el tiempo se ha parado aquí...)  me paro y me enciendo un toscano, y sentándome en un banco debajo de un frondoso árbol, contemplo la vida que poco a poco se abre paso ante mis ojos en una Roma, la Roma de los versos, y la Roma que Montó nos ha regalado en Bay Sala. 
La tarde no promete mucho, la lluvia continua impertérrita con su cansino canto, ahora estoy delante de un cuadro que me cautiva tiene toda la historia de New York y al mismo tiempo no tiene nada, esa belleza que provoca, ya lo cantaba Tenco:...me he enamorado de ti por qué no se quizás no tenía nada que hacer, pero aquí se mezclan los sonido mi mente abandona la música ligera, y se adentra en esa -gran manzana- donde la trompeta Miles Davis grita su -free jazz-, así mismo el saxo de Bird (Charlie Parker) llora a unas manzanas más adelante, y veo sentado en un pub, frente a su teclado corvo, con su cigarrillo medio consumido en sus labios gordos, y esa mirada de diablo, con esa voz rasgada, que se pierde como las hojas que se desprenden en el Central Park, ..Blue Valentine de Waits; estoy delente de ese cuadro “Brooklyn”, donde otra vez la luz es la verdadera protagonista, que curioso Montó ya se parece a Montó, se parece a un Montó cinematográfico, es una luz fría, pero es esa luz que veo en las película de Allen, y de Cassavettes, así mismo recuerda el Brooklyn de Lumett,....y como milagro estoy sumergido en otro viaje, esta vez es New York, seguirme, la cosa promete:...un cúmulo de nieve dejada y abandonada a su destino de derretirse bajo un sol de invierno; bordea la calle, al otro lado un cubo de basura tantea un precioso coche de color naranja vivo; un árbol desnudo nos transporta a la pregunta ¿Donde está la gente? Otros coches están aparcados,bares que quizás estén llenos de gente que reparándose de la fresca vespertina invernal se están tomando sus cafés calientes. Pero ni un transeúnte, ni un coche cruza esa calle, -¿por qué no, es que New York es inmune a la melancolía y a la soledad? No incluso si ahora mismo veía cruzar Paul Newman frotarse las manos por el frío y entrar en uno de esos pubs, no me causaría ninguna sospecha sino diría:...¡Veredicto Final!...la escena, la atmósfera es la misma solo hay que descansar la vista cerrar y viajar. Me dejo capturar por esa selva de agujas cortantes hacia el cielo, de esos rascacielos, de esa arquitectura que me aplasta casi sintiéndome como el Jack Lemon en “Prisionero en New York”, pero la luz es tan maravillosa que no me molestaría en absoluto poder charlar con alguien y sin beberlo ni comerlo estoy en Manhattan. Si justo en el mismo sitio que Montó le dedicó un cuadro, este cuadro,...¡Vaya cuadro!....Ya lo creo:...esta vez la luz no es melancólica sino inquietante y poética a la vez. Y en seguida me pierdo parece el alba, pero no está oscureciendo (en New York oscurece pronto) se nota si nos olvidamos del fondo luminoso y engañador, sino fijando nuestra mirada hacía lo bajo en la calle que en primer plano se oscurece sometiéndose a la sombra diosa indiscutible de todas las imposibles e posibles preguntas sin respuesta alguna.  La sombra se está ya devorando poco a poco todo los colores, el escaparate difuminado nos anuncia que dentro de un volar de pájaros, la noche lo cubrirá todo, y otra vez la luz de esta ciudad cobrará su venganza a la sombra, con sus anuncios publicitarios, su luces y su vitalidad New York aún vive de noche más que nunca. Y en primer plano descansan esos recogedores de basura en primer plano solo para decirnos que mañana se otra ciudad donde el vai ven, lo diario y la rutina la transformarán en muchas caras en muchos y tantos rostros. Dicen que todo visitante cuando visita New York quiere marcharse definitivamente, pero nada más ver esa manzana desde arriba de lo alto de sus nubes y desde la línea de puerto no puede jamás desprenderse y nace el amor incondicional, ese que nunca traiciona, porque:: ama, odia, odia y ama, como dice la canción, que la voz siempre cantó:...Comiencen a esparcir la noticia,/ Hoy me voy/ Quiero ser parte de ella,/ New York, New York/ Estos zapatos de vagabundo/ Extrañan caminar/ Justo por el corazón de ella,/ New York, New York./ Quiero despertarme en una ciudad que no duerme/ Y encontrar que soy el rey de la colina,/ el primero de pila...;  y como arte de magia un taxi me lleva a Broadway. Y allí me encuentro, como no, en el -teatro-, Albee, Miller, Tennesse Williams, Neil Simon, O'Neill y Mamet...; estaba justo contemplando el Winter Garden Theatre, la insignia anuncia “Mamma Mía” el musical que arrasó toda taquilla en New York, la noche ya me ha envuelto con su mirada nocturna como en una toma a los Cohen, unos coches parecen escaparse de mi enfoque están aparcados la ciudad vive y sin embargo la vida aquí sigue, hasta los grandes rascacielos de las grandes financias que aguardan como heraldos vigías, esta gran urbe de hormigón, metal y cristal, ¡New York!  Viviendo la locura del musical, del drama y del teatro, la comedia, sin embargo entro en una cafetería justo a lado, pido un café y pienso que esta ciudad a pesar de no ser mía me pertenece, y todo gracias a este sublime cuadro que Montó ha realizado con esos golpes rápidos, fugaces manchas, y toques de luz que interpretan la textura exacta de la luz nocturna que por estos páramos se respira. Una música me envuelve y me emociona, el calor del café se agradece, y su olor, la música llena todo el local y me acuna es la voz de Barbra Streisand, cantando una de las mejores versiones de “Somewhere” , esa voz sublimada, dice:...En alguna parte vamos a encontrar una nueva forma de vivir. Vamos a encontrar una manera de perdonar. En alguna parte. Hay un lugar para nosotros. Una hora y el lugar para nosotros. Toma mi mano. Y estamos a mitad de camino...y me siento como Tony amando hasta si es necesario a la muerte, pero mirando la cruda realidad, todo se desvanece, y la realidad me abofetea como este aire frío neoyorquino, ¿dónde está María? ¡Esa María que María ciegamente, que ama sin poner condiciones alguna, que ama sin preguntas, sin pero, sino así, sin saber tanto el uno del otro!...Y anudando mi bufanda salgo a la calle y prosigo mi viaje por esta ciudad que ya me ha conquistado; y otro cuadro me transporta sobre un tren en Merillon  Avenue, y aquí estoy en Garden City;  a pesar del paisaje invernal y del frío, el sol luce y el invierno se resiste en marcharse como todas las cosas, una Avenue con árboles desnudos, lleno de frío se dejan acariciar por ese rayo de sol que los ilumina irradiando, estoy tremendamente solo y sin embargo sin duda alguien vino y aparcó este coche de color azul claro, todo un clásico en la más asombrosa soledad luminosa, sin duda si ahora viera caminar con esos zapatos de tacones altos, con esa andadura donde el pie derecho pisa exactamente donde luego pisará el izquierdo haciendo así mover el trasero de una forma especial, y acercándose a este monumento del motor, abriera la puerta subiéndose en él con esa pose que solo una gran dama sabe hacer, dejando entre ver sus preciosas y torneados muslos de cervato, no cabe duda solo -el animal más bellos del mundo- (Ava Gardner), temblando me acercaría y le diría:... Mrs Gardner! Please!  A firm yours?....y ella con esos ojos y esa sonrisa, te derretiría hasta el alma...me quedé embelesado frente a este sencillo cuadro; de una forma u otra recuerdo al New York de la comedía de Douglas Sirk, de Wyler, de Huston, de Wilder, de Hawks, de Cukor, de  Capra y del gran Woody Allen...la noche ya estaba cerrándome los párpados así que decidí y buscando un Hotel, quise deslizarme entre unas calientes sábanas, cerrar los ojos y soñar. Por una noche sin pensamientos ocultos sino simplemente cerrar  los ojos y dormir, y  encogerse de hombros sin pensar a nada solo dormir que no es poco.  Cuanta serenidad desprende este lienzo, y cuanta calma transmite. Y el alba despuntó sin ningún previo aviso como siempre, su luz rosada de diáfanas estelas doradas, después de obligarme a abrir mis ojos, me levanté como un fantasma perdido en esta gran ciudad, que todo humano debería por lo menos visitar a diario,  y acercándome a la ventana contemplé una preciosa apuesta de sol, de las que te agarran tu garganta y la emoción te impide gritar y prefieres el verso apagado de un silencio jamás escrito. La oscura sombra ya vencida estaba desvaneciéndose en la calina matutina del alba. Y  poco a poco todas esas agujas cobraban su vida, la ciudad se estaba despertando y la luz como una caricia de Dios fluía en río Hudson que a los lejos modelaba el horizonte . Que luz tan perfecta desprende este cuadro de Montó; que paz emana esta sublime obra y que colores tan bien empastados, tan armonizados y que puesta en escena, un regalo de la vista. Gracias!  Salvador, Thak you very much!Tante grazie! Eskerrikasko! Gràcies!
Y por arte de magia ese destino pretérito del arte, me encuentro en Bilbao. Y estoy caminando por Altamira, una esplendida jornada acompañaba mi paseo por un Bilbao distinto, ya no es ese cupo humo gris que a raso paseaba acariciando la ría envolviendo con su contaminación el -botxo-, sino ahora el azul luminoso del Nervión fluye perdiéndose por  la curva hacía camino del Casco Viejo donde lo abraza, mientras en primer plano se oculta camino hacia Olabeaga. Y frente de mi como un nuevo vigía impasible, inmutable, perpleja se levanta con su jactancia la Torre de Pelli (Iberdrola), como un minarete contemporáneo  se eleva dominando el nuevo Bilbao, un Bilbao contemporáneo, que ya no es nuestro sino es de otros los que aún no deciden sino estudian, quizás a ellos que les deparará el futuro. La luz es luminosa pocas veces tenemos esa suerte por estas zonas de ver tan despejada la vista. Que corre conquistando la luz hasta al límite lejano perdiéndose por Galdakano. Y al fondo las colinas aguardan y aun más lejos los montes  que casi la abrazan muriéndose en precipitados acantilados por sus costas en calas abruptas. Otra vez el pincel de Montó ha captado esa frescura, esa limpieza de la luz que tiene Bilbao, y esa panorámica que solo un paseante, un peregrino descubridor de rincones puede re interpretar lo que el destino nos depara. Un conjunto de casa, y de edificios se amalgama creando un entramado perfecto, y la veloz paleta de golpes sutiles y veloces que huyen marcando con sencillos empastes de difuminados tonos y colores un sublime paisaje de sosiego. Más aún cuando al descender me encuentro frente al destino de una ciudad de un continuos cambios; donde el Nervión aguarda y navega descendiendo partiendo en dos esta ciudad de hierro. Y en el Campo Volantín me paro y miro el artífice el propulsor del cambio, el motor, el eje que desencadenó la contemporaneidad. Miro al garabato de Ghery, transformarse de estela moviliza de la ría en un edificio, barco de velas que anclado bajo el puente de la Salve, o desde lo alto es un caracol que dejando su baba, arrastra lentamente su concha, o bien es la locura de vértices, hipotenusas, isósceles y escalenos que entrelazándose crean formas de titanio luminoso al sol;  otra vez Montó nos enseña que entre el cielo y el agua, la tierra y el aire no hay ninguna diferencia. Donde reflejo y reflejado comparten el mismo dominio, el entorno, el espacio y el color, donde esta vez es la luz que está modelando, pintando, el artista está al servicio  de su juego con esa luz limpia y nórdica de las que muchas veces vemos por estos rincones del alma. Todo tiende a fundirse en un rosado pálido que lo envuelve todo. El reflejo casi inmovilizado, perenne y fijo se ha transformado en otro yo, en una sombra constante donde la belleza se funde para obtener lo sublime de la poesía, su justo paisaje: el enfoque, como si fuera un -trampantojo-; sin ánimo de cansancio prosigo  mi camino y esta vez cogiendo un taxi voy hacía Deusto y luego me paro camino por Enekuri. Y mirando al fondo hacía el -botxo- de un Bilbo vespertino y limpio; y subiendo hacia Artxanda veo como una línea horizontal una ciudad que se pierde al fondo hacía Basauri, y una ría que como una serpiente la envuelve y cerca de Zorrozaure genera su cría, un istmo  de tierra en espera de proyecto, mientras el Nervión va navegando hacia Getxo. Mientras al fondo se pierde hacía el Guggenheim. El puente de Euskalduna como una línea moderada se dibuja uniendo las dos orillas, aquí esta vez la luz es un verdadero alarde, un continuo alarde de transparencias, de colores que se transforman en destellos luminosos, en estelas sobrecogedores, donde los colores y los tonos se han citado para sobreponerse a esa luz de una tarde que poco abandonará  la luz en un atardecer espectacular, un paisaje que te deja sin aliento, una visión de sosiego y aquí acaba mi viaje, y a pesar que aún estoy fuera, se que puedo regalar al incauto espectador unos pocos versos de ese gran maestro, poeta (Mikel Orrantia Diez):...Hablo con ello, mi ciudad querida, en parte de mis gentes./ La mitad de mi sangre, a quien yo quiero,/ como a la otra mitad que me conforma,/ en ciudadano del mundo. En vasco. De respeto./ Ya sabes, mi ciudad, lo que se dice:/ se elige ser de Bilbao/ incluso sin conocer el rincón del mundo en que se nace./ Salí a mirarte, Bilbao, desde los altos balcones de tus montes./ Que si anteayer fueron cerco de trincheras,/ Hpy, oxigenan tus calles y avenidas....; en seguida me encontré nuevamente en la Galería Bay-Sala.  Y  después de tomar el último trago de vino y saludar a mi amigo Salvador Montó salí a la calle, la lluvia seguía con su cansino canto de casi un txirimiri sin tregua,  y pensando en lo que había visto no tenía duda, mi buen amigo Salvador es el pintor de la luz, esa luz que lo agrede, lo armoniza, lo modela, lo plasma incluso esboza y crea no solo los colores, los tonos y la cromatización sino también la puesta en escena donde siempre deja la incógnita de lo que será o de lo que pasará; allí está la habilidad de Montó en convertirse en un paisajista no de exterior, sino al revés un artista donde lo exterior es el interior del alma, es decir es exactamente lo que no vemos lo que pinta y interpreta Montó, es un paisaje que contemplamos pero no ahora sino después. Porque la sencillez es la esencia de toda la existencia humana, un reencontrarse consigo mismo y descender en el mundo de los sueños donde todo lo posible es imposible y por contrario lo imposible se hace posible. Pero el día siguiente quise volver a la Galería y lo primero que quise volver a ver fue un cuadro muy sencillo quizás uno de los tantos que sobre esta ciudad hayan pintado desde el señor Canaletto hasta Linchenstein, me refiero a la serenísima: ¡Venecia!....Es un cuadro inquieto, poético, pero al mismo tiempo sabemos que es Venecia por sus -.bricolas- (postes,en dialecto veneciano) con sus típicos colores según la zona y la barriada o parroquias como se los llama aquí. Se ve una fachada de un palacio, podía ser un Hotel, o un Museo, o  una Casa señorial, sea lo que sea centra toda nuestra atención, la puerta abierta nos invita a entrar, incluso está una lancha motora aparcada al lado, la luz hace sospechar que hay gente, la luz encendida nos permite entrever el fondo muy floreado. El canal con sus reflejos nos impide la llegada, y otra vez no hay nadie que navega, nadie se cruza, nadie se percibe en su interior, y otra vez Montó es el prestidigitador  de la atmósfera que desprende este sublime poema, una farola ilumina este canto solitario con un silencio estruendoso casi ensordecedor. Que sublimidad, diálogo entre color, forma, mancha, armonía, toque, y sobre todo la puesta en escena como un escenario donde los posibles o imposibles actores no están presentes, quizás hayan hecho acto de su presencia antes, o aún lo deben, sea lo que sea esto se llama -Arte- y lo demás solo palabras....Montó gracias por este viaje, no tardes en realizar otro, ya estoy impaciente....

* Macchiaioli (Es un grupo de artistas toscanos que  se reunían en el café Michelángelo, y en la trattoria Le Cascine en las colinas de Florencia con el crítico del grupo Martelli: Ca Bianca, Lega, De Nittis, Fattori, Signorini, Zandomenighi y los fotográfos Alinari Hermanos, hablaban de arte, eran los impresionistas italianos. Estando en plena rebelión con Austria, los macchiaioli (los de la mancha)  la mayoría se alistó con Garibaldi por derrocar el yugo austro-húngaro;  por eso sus cuadros son de formato pequeño....
* es dialecto romano y dice: ¡Por tus muertos! El mundo come y este vientecito pasa de todo y muere dentro el Tiber....
* fetuccine a la matriciana (son como los tallerines y la salsa es tomate con queso rallado de oveja y carne....
*Es el libro de Giordano Bruno “De la Causa el principio es uno sólo”....
* Es una canción de 1972 de Antonello Venditi (Roma Capoccia- es decir: Roma Cabezota)
                                                                                                                                                                                                                                                            Massimiliano Tonelli


                                                              (crítico de arte, escritor, poeta y artista)